Las maternidades tardías ya no son una rareza
El cambio ha sido muy rápido: en la generación anterior era frecuente que se preguntara a las mujeres de veintitantos años cuándo iban a tener un bebé. Hoy día, para muchas mujeres el mejor momento para la crianza de los hijos comienza en torno a los 30 años… y se extiende más allá de los 40. Cada vez más mujeres se convierten en primerizas en torno a su 40 cumpleaños.
Las razones son variadas:
- Tardamos más tiempo en tener una pareja estable y/o en casarnos.
- Para muchas mujeres es importante acumular experiencia laboral después de terminar su formación.
- La cifra de separaciones aumenta y eso también lleva a embarazos tardíos: muchos hombres y mujeres que inician una segunda relación desean volver a ser padres.
- Los nuevos métodos para tratar la esterilidad hace que muchas parejas puedan convertirse en padres después de años de espera.
La fertilidad disminuye
Además, con la edad desciende el número de óvulos disponibles: la mujer nace con dos millones de óvulos de promedio; cuando aparece la primera menstruación quedan aún 400.000; a los 35 años, tan sólo 35.000.
La posibilidad de que el óvulo fecundado anide en el útero y siga desarrollándose también se reduce. Son más frecuentes las alteraciones cromosómicas que conducen a abortos espontáneos aún antes de que se sepa que se ha producido un embarazo.
Los 24 años es la edad más fértil
A los 24 años es cuando la mujer se queda embarazada con más facilidad. En torno a los 35 la tasa de embarazo está en torno a un 10 por ciento por ciclo, aunque, naturalmente, existen grandes diferencias individuales. La fertilidad real de una mujer también depende de su estado de salud y de factores psíquicos.
¿Un embarazo de riesgo?
Tradicionalmente, la gestación a partir de los 35 años se veía como un embarazo de riesgo. Algunos médicos, sin embargo, consideran este concepto anticuado. Los estudios muestran una y otra vez que, con los cuidados adecuados, no existe un peligro elevado para la madre ni para el bebé. Estos son algunos descubrimientos:
- Las náuseas, los dolores de espalda y otras molestias típicas del embarazo no son más frecuentes en las mujeres de más de 35 años.
- El riesgo de gestosis (patología específica del embarazo) se eleva a partir de los 35. Una de cada siete futuras madres de más de 35 años precisa ser tratada de gestosis, mientras que sólo una de cada diez mujeres de entre 20 y 30 años presentan este trastorno.
- Las embarazadas de más de 35 años sufren más diabetes gestacional que las muy jóvenes.
- Como las gestantes maduras se toman especialmente en serio los controles preventivos, cualquier problema suele ser detectado precozmente.
La importancia de los controles en el embarazo
Las modernas técnicas de control del embarazo ( ecografías y monitorización de las contracciones) pueden minimizar o incluso eliminar los riesgos. El corazón, la circulación sanguínea, el aparato locomotor y el metabolismo resultan más sobrecargados por el embarazo a esta edad, pero esto no tiene por qué influir negativamente en la evolución de la gestación.
Con los controles médicos se pueden reconocer a tiempo complicaciones como una gestosis, cuyo riesgo es mayor en primerizas maduras. La gestosis se puede determinar mediante una ecografía Doppler entre las semanas 20 a 22 de embarazo, mucho antes de que aparezcan síntomas.
Las embarazadas de más de 35 años sufren más diabetes. La posibilidad de padecer miomas también es mayor (20 por ciento de las mujeres mayores de 35). Son tumores uterinos benignos que, sin embargo, crecen rápidamente durante la gestación y pueden restar sustancias nutritivas al bebé y obligarle a adoptar una posición desfavorable para el parto.
Diagnóstico prenatal, ¿es realmente necesario?
En los niños de madres tardías son más frecuentes los trastornos cromosómicos. Esto significa que reciben demasiada o demasiado poca información genética (tienen cromosomas de más o de menos). La alteración más conocida es el síndrome de Down (o trisomía 21): el niño tiene tres en lugar de dos cromosomas 21. La probabilidad de engendrar un niño con síndrome de Down aumenta con la edad.
El diagnóstico prenatal ofrece la posibilidad de descartar determinadas enfermedades del bebé, entre ellas el síndrome de Down, defectos congénitos como la espina bífida o ciertas enfermedades metabólicas. Los médicos están obligados a informar a las embarazadas de más de 35 años sobre la posibilidades del diagnóstico prenatal.
Los médicos deben informar a las embarazadas sobre las técnicas de diagnóstico prenatal
La decisión de someterse a pruebas diagnósticas como la amniocentesis o la biopsia corial resulta difícil para muchas mujeres, ya que estas técnicas comportan un riesgo de pérdida del bebé: entre un 0,5 y un 1% en el caso de la amniocentesis y algo superior en la biopsia corial. Hay que tomarse tiempo para reflexionar y preguntar todas las dudas al ginecólogo.
¿Es posible el parto sin episiotomía?
En primerizas de más de 38 años se realizan el doble de episiotomías, pero ésta no siempre es necesaria. Las mujeres mayores tienen contracciones igual de fuertes que las jóvenes, y su fase de dilatación uterinano es más larga. Tampoco presentan más malas posiciones fetales (el bebé no se coloca bien para nacer) ni posiciones anómalas de la placenta. Sin embargo, muchos médicos quieren ir sobre seguro cuando atienden a mujeres de más de 35 años.
Cuando el niño nace sin episiotomía, las parturientas mayores demuestran igual fortaleza que las jóvenes. El parto dura lo mismo, e incluso algunos estudios apuntan que las mujeres de más de 35 años aguantan mejor el expulsivo que las jóvenes. De esto no hay cifras, pero sí la experiencia de las matronas.
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